viernes, 6 de febrero de 2009

Mentes de sol.

Berta es negra y su corazón gris. Hoy, se levanta de su cama negra, se pone sus pantuflas negras y va hacia el baño. Abre la puerta negra, y se mira al espejo. Con sueño, se observa en el espejo: la misma cara negra de todas las mañanas. Lava sus dientes, y después de hacer sus necesidades se dirige hacia la cocina. Saluda a su madre, a sus hermanos, y reza por su padre que descansa en el cielo. Es la mayor de los hermanos, negros por cierto. Toma su taza negra, y su madre le sirve un desabrido té de boldo y le ofrece con una sonrisa forzada un pedazo de pan, algo duro por cierto.
Ya lista, se dirige hacia a su único sustento: un carro negro tirado por un caballo negro. Despide a su madre con un beso, y procede a arrancar su mañana laboral junto a sus pequeños hermanos. Ella también es pequeña, pero a esta altura sus 12 años la convierten en una mujer, con obligaciones.
Luego de un par de horas, se acercan a un kiosco y preguntan la hora, ya que en este mundo en el cielo, lo único que se puede observar es la oscuridad, suena algo raro pero así es. Los corazones son de matices grises, y los ojos son lunas llenas, los cuerpos son sombras andando, queriendo escapar. Y yo acá me pregunto, ¿ por qué se ve todo negro? Hasta que encuentro una simple respuesta, tengo mis lentes de sol puestos. Es cuestión de sacarmelos... HUY! Me invade la oscuridad! Con razón mami me dijo que nunca me los saque....



¿ Dónde venden mentes de sol?

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